viernes, 24 de abril de 2009

Contactos

Un nombre sin sus labios
en el frío listado
del móvil que dormita
esta tarde de abril de los deseos.

domingo, 12 de abril de 2009

"El corrector"

Acabo de leer "El corrector", de Ricardo Menéndez Salmón (Seix Barral Biblioteca Breve), una reflexión sobre la confrontación entre el lenguaje y la realidad a la que pretende proximarse, a la que se entrega aquel 11 de marzo de 2004 un escritor que ha abandonado desde hace un tiempo la creación literaria y que se dedica a la corrección de galeradas. Es precisamente mientras corrige "Los demonios", de Dostoievski, cuando se entera de la masacre de Madrid. El narrador dice que toda nuestra vida "es una gran mentira, una sombra, un intenso simulacro..." y que "para habitar esa mentira, para reconciliarnos con esa sombra y ese intenso simulacro, para conciliar todo lo que sabemos con todo lo que podamos soportar saber, es para lo que existen cosas como la literatura" y, añado, esos agarraderos como el amor y lo cotidianamente acogedor que nos brindan los lugares y personas donde nos refugiamos.

En aquellas horas terribles de goteo de muertos y heridos que nos afectaban especialmente por sentirlos más próximos, reconocidos en su anonimato, la manipulación intencionada de la información mostraba lo sucedido a través de reflejos o sombras como las que veían los moradores de la caverna de Platón. Frente a eso, el corrector, hermanado a lo escrito hace muchos años y que nos sobrevivirá a todos los lectores, intenta agarrarse a los escasos asideros que la vida nos ofrece.

El corrector trabaja pacientemente con su lápiz intentando evitar la inercia a que puede conducirle la reiteración de lo corregible. El lápiz de Ricardo Menéndez Salmón, que con gusto empuñaríamos muchos, corrige también una vez más la gran mentira que se instaló en los voceros oficiales aquellas horas de marzo del 2004.

miércoles, 8 de abril de 2009

El país del miedo


Esta mañana he terminado El país del miedo, de Isaac Rosa, publicado por Seix Barral, novela sobre algunos de los miedos próximos, cotidianos, que todos hemos sentido en más de una ocasión, y sobre la forma en que esos miedos se generan, crecen y se socializan.

La novela, ganadora del VIII Premio de novela Fundación José Manuel Lara Hernández con lo que ello representa por cuanto forman parte del jurado diversas editoriales importantes, resulta inquietante por lo que antes decía, ya que el lector puede reconocerse si no en todos en muchos de los miedos que experimenta el protagonista, y que en ocasiones podrían reducirse al miedo al conflicto temido para el que no se perciben formas asumibles de resolución.

Ese miedo global, integrado por todos los miedos, adquiere en la novela un crescendo que absorbe y elimina las inicialmente implícitas consecuencias colaterales en la vida familiar del protagonista, dejándolas atrás sin que el lector las eche especialmente en falta a medida que avanza la historia, y las reflexiones que Isaac Rosa plantea trascienden la misma particularidad de lo que nos cuenta.

martes, 7 de abril de 2009

Tarde de lluvia


Llueve la tarde
con gotas que se estrellan
contra la acera y el asfalto gris
(que alfombran presurosas soledades
de gentes que se encogen
ante el frío invernal que ha regresado).
Llueve tristeza
en los ojos cansados de buscarte
entre cientos y cientos de miradas,
en las colas de no importa qué esperas,
en los largos andenes
de estaciones de destinos inciertos,
en las calles sin nombre en la memoria,
entre el humo y los ruidos de los bares
y en las cuatro paredes de los cuartos de hotel.

Esta tarde de abril me llueve el alma.

sábado, 4 de abril de 2009

Un poema de Sofía Castañón

23 pandoras es un colectivo de poetas. De una de ellas, Sofía Castañón, es este poema que copio del blog Perdóname, pero te amo del poeta David González:

[FAMILIA FUE AQUELLO]

Familia fue aquello
que se rompió por una herencia
o un chisme, un rumor vecinal
-estos pueblos pequeños,
esas vidas vacías, ya se sabe-
y nadie lloró desde entonces
al morirse un primo
o un hermano.
Unamuno ya nos avisó
de los estragos de Caín:
un siglo después este país sigue
apretando demasiado
al dar la mano.

(Sofía Castañón. 23 PANDORAS. Poesía alternativa española. Selección y prólogo de Vicente Muñoz Álvarez. Ediciones Baile del Sol, Tenerife, 2009.)

En cuanto pise ciudad, me compro el libro.

martes, 17 de marzo de 2009

El viento de un mal vino

Se discuten entre ellos
a gritos, maldiciendo.
Se quedan en silencio,
la mirada perdida
en otras vidas.
Sentados en el banco del paseo
miran como se oxida la mañana.
Se rascan la miseria
que acumula en sus pieles lo vivido.
Te imploran una ayuda,
te exigen y te insultan
entre gritos
y te olvidan. Saben que sus caminos
se alfombran con los huesos
de carne sin futuro,
con la corteza de panes
ya sin miga.
Ajenos a tus prisas y a tus miedos
hace tiempo que saben que las risas
solo las trae
el viento de un mal vino.

martes, 10 de marzo de 2009

Tu imagen en el sueño

Lejos ya,
en la distancia
de amaneceres, de llantos
y de risas. Sin apenas
tu imagen en el sueño
para herirme con el filo
del ya nunca.

sábado, 28 de febrero de 2009

El demonio te coma las orejas



Cuando vi el libro en la mesa de la sección de poesía de Laie me llamó la atención la faja roja que lo abrazaba: acertaron los de Glayíu Editorial que en 2008 lo han editado en su colección Sensibles a les lletres. En la contraportada se lee: una poesía para los que no leen poesía, y es cierto, pero también es para los que leemos poesía y eso se ve tan pronto como empiezas a pasar páginas de un libro duro, como duras son la tristeza, la nostalgia, la impotencia, la rabia y la desesperación de esa cárcel que muchos no conocemos si no es por lo que David González (San Andrés de los Tacones, Xixón, 1964) y tantos otros nos han contado y nos cuentan.

Ciertamente son muchos los testimonios que nos refieren lo vivido en las cárceles, pero las más de las veces sólo se reviste de valor literario a los que vienen de quienes han sido privados de libertad por motivos políticos. David González hace poesía pura y dura de esa vida al límite que choca con la de los que están afuera. Dejo una pequeña muestra de lo que escribe.

¿POEMAS?

Cualquiera
que lea las cartas
que le mando
a mi madre
pensará
que se las escribo
desde un hotel
de cinco estrellas.

SEAMOS REALISTAS

en este sitio
nadie cuenta
estrellas
por la noche.

EL DEMONIO TE COMA LAS OREJAS

Estás hablando
con el retrato
de tu chorba.
Tienes que levantar
mucho la voz
para que ella
pueda oírte:
el Chao
acaba de abrirse las venas
con una hoja de afeitar
y está chillando
y pegando coces
en la puerta cerrada.
Tu novia cierra los ojos.
Le gustaría también
tener manos
para taparse los oídos.

EL RESTO DEL CAMINO

a veces ocurre:
me quedo parado
en mitad del pasillo,
mirando fijamente
las baldosas del suelo,
sin reconocerlas,
ni reconocer en ellas
los
pasos
perdidos.

domingo, 22 de febrero de 2009

A Antonio Machado


Se acababa el camino en la pensión Quintana,
en ese pueblo hermoso bañado por la mar
tan lejos de Sevilla, de Baeza y de Soria,
lejos de la Segovia del catorce de abril.
Más allá de los montes que la nieve cubría,
se moría tu España vencida de dolor,
y en arenales fríos cercados de alambradas
ese frío febrero se morían los sueños.
Paseabas por la playa mirando al sur de sangre
esos días azules de tu último verso.
Leonor, Guiomar, ese sol de la infancia
al ritmo de las olas de la mar de Colliure.
Y cuando llegó el día del último viaje
embarcaste en la nave sin billete de vuelta.

¿Golpeó tu ataúd con seriedad la tierra
o te posaste en ella con levedad de verso?

martes, 17 de febrero de 2009

LXX Aniversario de la muerte de Antonio Machado


El domingo que viene se cumplen setenta años de la muerte de Antonio Machado en la fonda Quintana de Colliure. Machado fue, sin duda, el poeta de mi adolescencia. Recuerdo un viaje a Asturias, con mis padres, en que a petición mía hicimos fin de etapa en Soria. Yo tenía 16 años y después de la cena hice un recorrido solitario por esa

"...ciudad castellana
tan bella bajo la luna"

Fui el primero en levantarme y salí del hotel para cruzar el Duero y recorrer las ruinas de San Juan y luego, río arriba, llegar a San Saturio:

"He vuelto a ver los álamos dorados
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio ..."

En una libreta de espiral empecé a escribir poemas al estilo de Machado. A saber donde fueron a parar. Luego he vuelto a Soria varias veces. Hace unos años, en una tarde azul de fuerte viento subí al Espino y recorrí el solitario cementerio, guiado por las flechas que indican el camino, hasta llegar a la tumba de Leonor, la jovencísima esposa que quedó en Soria mientras el poeta iniciaba el largo viaje que acabaría en Colliure. En el bolsillo de su chaqueta su hermano José encontró un papel arrugado con el último verso que escribió:

"Estos días azules y este sol de la infancia..."

La foto que he colgado es de la lápida de la tumba del poeta. La hice un día azul de octubre del año 2005.

sábado, 14 de febrero de 2009

Llegaste con la niebla

Llegaste con la niebla
del vapor de sudores
de la tarde,
con el cantar
de un pájaro en la siesta.
Traías en los labios
el poema de vida
de los locos.
Tus manos me entregaban
la ofrenda de la brisa
del verano.

domingo, 8 de febrero de 2009

España de Manuel Vilas


Este ha sido el segundo de los libros de DVD Ediciones que he leído últimamente (el otro es Los últimos días de Michi Panero, de Miguel Barrero, que figura entre los recomendados de este blog desde su inicio).

Ya son muchas las reseñas que se han publicado sobre el libro y es inútil competir con la erudición y capacidad de análisis de muchas de ellas si no es desde la subjetividad emocional de cada cual. Siempre me ha parecido complicado y de alto riesgo el formular conclusiones sobre lo que otros quieren decir cuando hablan o escriben, por lo que -deudor que soy de mi formación jurídica- el artículo 3.1 del Código Civil vigente constituye una herramienta fundamental para la labor interpretativa. Dice el precepto en cuestión

"Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativo y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas."


Pues bien: con un estilo muy propio que hace aparecer a menudo recursos literarios personalísimos, Manuel Vilas monta con los relatos que integran su España un collage identitario que se extiende en el tiempo y el espacio. A menudo cuesta al lector que no es el propio Manuel Vilas o un exégeta alcanzado por algún don divino -que haberlos al parecer los hay- interpretar el texto de acuerdo con el primer mandato del ya citado artículo 3.1, esto es, "según el sentido propio de sus palabras", pero eso no debe asustarnos, por cuanto, a poco iniciados que estemos en el mundo literario no será ésta la primera vez que nos ocurra. En todo caso, llegados a ese punto de impasse, el Código Civil nos abre el ancho campo de poner en relación las palabras con su contexto general "atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas" y así comprendemos qué le duele a Manuel Vilas y cómo nos lleva de la plasmación del Negativo Objetivable de Experiencia Vital que a nadie le es ajeno, al Ya nadie ama a Jesucristo, real como la vida -literaria- misma, y a las identidades y desidentidades de la España del autor, que a menudo uno reconoce como propia.

Yo creo que España es un libro subversivo en el buen sentido -¿existe otro?- de la palabra y gran parte de esa subversión se encuentra en las hilarantes notas a pie de página, alguna de las cuales tiene una evidente carga marxista (de Groucho) como la que en parte transcribo de la página 193:

"Por si España se traduce: Huesca, provincia de Zaragoza, que es provincia de Toledo. Son ciudades vascas, del Siglo XV. Ciudades que dieron origen al Reino de Murcia. El Reino de Murcia fundó España, con la coronación del rey Benicarló VI, conocido con el sobrenombre de 'el portugués'. Bueno, todo son antiguas ciudades-estado de España."


Benicarló, población costera de Castellón, se incorporó para siempre a las letras españolas mediante La velada en Benicarló, obra teatral del republicano Manuel Azaña situada en el Albergue (hoy Parador de Turismo) de esa ciudad, albergue por el que pasaron en los días convulsos de la guerra Lluís Companys, Largo Caballero, el propio Azaña, André Malraux, André Gide, Ilya Ehrenburg, Octavio Paz, Pablo Neruda y Antonio Machado. Con esa carga de republicanismo que asociamos al nombre, crear un rey que se llame Benicarló VI me parece genial.

He dejado para el final la razón de más peso, a mi entender, para valorar un libro: la apreciación completamente subjetiva y sensorial -¿pueden haber otras?- de mi paladar de lector. España me ha gustado.

miércoles, 4 de febrero de 2009

La poesía es un arma cargada de ... pasado

Uno ha escrito bastante a lo largo de su vida. Uno -ya lo dije en este blog- ha regalado al cesto gran parte de lo escrito, de lo que queda tan sólo algún verso perdido por algún rincón de la memoria. De lo almacenado finalmente en el disco duro del ordenador voy recuperando poemas escritos hace muchos años y usando como ventaja el hecho -que por otra parte lamento- de no hallarme encadenado a unas páginas publicadas, los reescribo.

Como dice el título casi celayano de esta entrada, los poemas que ahora recupero están cargados del pasado lejano en que los escribí y es inevitable caer en la perversión -por eso en otro apartado de este blog digo que disfruto haciéndolo- de suprimir, añadir, cambiar lo que aparece en la pantalla. En parte es un simple ejercicio que pretende la rehabilitación poética que los libre del cesto o del olvido pero, sobre todo, es una rehabilitación vital en cuanto los reescribo sin poder obviar, pese a esa carga de pasado que subyace, el presente en que vivo.

Y sale lo que sale. Viejos poemas del 2009.

sábado, 31 de enero de 2009

Levar el ancla











De acuerdo. No carguemos
con lastre de futuro
la temeraria nave del amanecer
que tripulamos sin libreta de embarque:
echemos por la borda los mañanas
y zarpemos con el rumbo de aguja
que nos deje en un puerto sin memoria.

Pero habrá que ser pacientes
y esperar: se enrocó el ancla
en los abruptos fondos de tus besos.



miércoles, 28 de enero de 2009

Soneto I

Pensaré en tí en esa hora temprana
En que –muerto- revivo lentamente
y en los cuartos de baño ciegamente
se abrazan el dolor y la desgana.

En la angustia que siembra la mañana
de futuros que mueren torpemente
en los rostros vencidos sin presente,
te soñaré tan cerca y tan lejana.

Cuando en la tarde añore el mar abierto
De tu boca y tus ojos navegado
Y en la noche el fondeo de tu puerto,

Teclearé con mi cuerpo cansado
El poema gestual de un llanto yerto
De deseo y despecho alimentado.

domingo, 25 de enero de 2009

Entrega de premios

En lugar de caer en la vulgaridad
de otorgarnos un número ordinal,
nos nominamos mutuamente.
Eso añadió cierta ilusión al juego
y gané entre sudores, en la cama deshecha,
el premio que reconoce sin disputa
ser el amante más viejo que has tenido.

martes, 20 de enero de 2009

A Marta, entonces tan joven

Estaba haciendo sexto y empezaba
a respirar los vientos del mayo de París.
Tenía quince años y una novia
-daba ese nombre a la que me gustaba-
que iba a las teresianas y ahora tiene
cuatro o cinco herederos (el mayor
amplía en Nueva York no sé qué estudios).

Yo escribía poemas al estilo de otros
-decía el profesor al que imitaba
en la forma de hablar, de arremangarse
las mangas del shetland sobre la camisa
y de despeinarse cuidadosamente-
y estaba más delgado, según creo.
El sexo, -solitario-, producía un inmenso
sentimiento de culpa y de pecado.

Tras una tarde de mayo adolescente
en el piso soleado del profesor de lite
en el barrio de Sants de aquella Barcelona,
con libros apilados en el suelo
y su mujer -francesa- sirviendo Nescafé
al grupito de alumnos aplicados
y mostrando al inclinarse unos pechos
altivos y redondos por el escote en pico del jersey,
compré una apabullante Historia del Teatro Español
que leí sólo a medias. Tocaba la guitarra y me sabía
de memoria los nombres y el equipo
de todos los ciclistas de la Vuelta y el Tour.

En ese año, pues, del que sólo te expongo
algunos esenciales eventos personales,
no podía –obviamente- imaginar
que tú estabas naciendo. Es por eso
que leíste lo que cuento de entonces
como si fuera una lección de prehistoria.

El cesto de los papeles




Víctor Canicio, escritor afincado en Heidelberg de donde se escapa cuando los fríos y las lluvias para refugiarse junto al Mediterráneo de su infancia, cultiva entre otras diversas plantas literarias una poesía minimalista de preciso lenguaje. Uno de sus poemas dice:


Dale también al cesto
un poco de tu amor por los papeles


Desde adolescente, mucho antes de conocer el poema, he amado mucho los papeles, pero he sido también enormemente generoso con el cesto. Las nuevas tecnologías, de las que soy simplemente un aprendiz, permiten sin mayor problema atreverse a socializar lo que uno escribe, sustrayéndolo a la papelera pero con la posibilidad de modificarlo tantas veces como quiera y, en todo caso, recuperar lo escrito y desvergonzadamente expuesto para depositarlo en el cesto de los archivos del ordenador -inaccesible a los eventuales lectores- cuando más tarde se piense que nunca debió haberse publicado.

Este blog que hoy inicio es un pequeño homenaje a los humildes cestos que han acogido y acogen tantas y tantas páginas de quienes escribimos.