
De acuerdo. No carguemos
con lastre de futuro
la temeraria nave del amanecer
que tripulamos sin libreta de embarque:
echemos por la borda los mañanas
y zarpemos con el rumbo de aguja
que nos deje en un puerto sin memoria.
Pero habrá que ser pacientes
y esperar: se enrocó el ancla
en los abruptos fondos de tus besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario