martes, 17 de febrero de 2009

LXX Aniversario de la muerte de Antonio Machado


El domingo que viene se cumplen setenta años de la muerte de Antonio Machado en la fonda Quintana de Colliure. Machado fue, sin duda, el poeta de mi adolescencia. Recuerdo un viaje a Asturias, con mis padres, en que a petición mía hicimos fin de etapa en Soria. Yo tenía 16 años y después de la cena hice un recorrido solitario por esa

"...ciudad castellana
tan bella bajo la luna"

Fui el primero en levantarme y salí del hotel para cruzar el Duero y recorrer las ruinas de San Juan y luego, río arriba, llegar a San Saturio:

"He vuelto a ver los álamos dorados
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio ..."

En una libreta de espiral empecé a escribir poemas al estilo de Machado. A saber donde fueron a parar. Luego he vuelto a Soria varias veces. Hace unos años, en una tarde azul de fuerte viento subí al Espino y recorrí el solitario cementerio, guiado por las flechas que indican el camino, hasta llegar a la tumba de Leonor, la jovencísima esposa que quedó en Soria mientras el poeta iniciaba el largo viaje que acabaría en Colliure. En el bolsillo de su chaqueta su hermano José encontró un papel arrugado con el último verso que escribió:

"Estos días azules y este sol de la infancia..."

La foto que he colgado es de la lápida de la tumba del poeta. La hice un día azul de octubre del año 2005.

2 comentarios:

  1. Soria, hermosa ciudad, ya no podrá ser igual que antes de Machado, tampoc Cotlliure, con esa tumba sencilla y evocadora.

    ResponderEliminar
  2. Es verdad. Pero los poetas hacen que siempre querramos volver a sus lugares.

    ResponderEliminar